jueves, 12 de agosto de 2010

Ecuadorian Self-Steem

Alguna vez Giaco me contó que después de haber vivido en Ambato por unos cuantos meses regresó a Italia, su país de origen, y entró a una pizzería. En la pizzería trabajaba una mujer ecuatoriana, y él emocionado se le acercó y le comentó que él vive en Ecuador, con la esperanza de que la mujer empezara a contarle más sobre su país y quizá fuera de la misma ciudad donde el estaba radicado. Pero lo único que consiguió fue una corta y fingida sonrisa. Ni una mirada siquiera. Y regresó a su mesa, con mucha tristeza.

Al contrario de lo que yo veo aqui, los ecuatorianos nas, se mueren por un gringo o a alguien que se les parezca. Oh my god! qué emoción, me agarré un Australiano! aunque en el fondo tienen la esperanza de que los extranjeros terminen enamorándose y se los lleve con ellos a su país.

Seguimos "enamoradas" de un pepele que no tiene la más mínima intensión de tomarnos en serio, pero ahí seguimos; porque si no nos quiere él (aunque sepamos bien que no nos quiere) quién más lo va a hacer.

Trabajamos para un inútil que no hace nada si no presionarnos, y no renunciamos porque no podemos hacer nada más que agachar la cabeza y obedecer, a regañadientes, pero solo obedecer.

Y cansados de estar recibiendo órdenes de un compatriota, decidimos revelarnos! renunciamos! pero no con la cabeza en alto, si no agachada, para ir a los Estados, España o al país de Giaco, a ganar el doble haciendoel triple del trabajo que ni pagados haríamos en Ecuador: cosechar brócoli, limpiar baños o viejitos. O siendo objeto de xenofobia, que creíamos extinguida.

Y con el firme pensamiento de que así estamos bien. No hay nada que hacer.

Por C.

12/Ago/2010

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