viernes, 27 de agosto de 2010

Crónicas de vaciedad


Creo que al fin estoy volviéndome loca.
O puta.

Después de haber estado ciegamente obsesionada
con el que creí el hombre de mi vida he descubierto otros placeres;
en otros hombres.

Por el simple hecho de ser mujer,
lo que nos dicen nos endulza el oído,
y hay quienes sabemos cómo lograr que nos dediquen esas palabras.

Si algún rato tuviera que elegir entre conservar mis ojos o mis oídos,
elegiría mis oídos.
Claro que además de todas las palabras bonitas,
(que probablemente no sean ciertas)
está la música y el sonido del mar,
de la lluvia y las hojas secas,
y podría decir muchas más.

Es verdad eso que mi padre me dijo alguna vez,
las mujeres somos tan poderosas que siempre podremos obtener lo que queremos.

En estos último días,
he experimentado lo que mi sexi amiga
ha experimentado casi todos los días en estos últimos años:
tener al mismo tiempo más de cinco hombres lamiéndome los zapatos.
Y qué satisfacción se siente!
y lo mejor de todo,
no tengo obligación ni compromiso con ninguno de ellos.
Como en otro tiempo solía decirse, estoy utilizándolos.

Cada vez me convenzo más de lo profundamente subjetivas
que somos las personas.
Todo lo relaciono conmigo.
Ni si quiera me molesto en pensar
que es lo que estarán sintiendo los demás,
a menos que sea algo por mi.

Eso del altruismo y la empatía no van conmigo.
No me gusta la anarquía, el comunismo, el cristianismo,
el capitalismo ni el fascismo.
Me declaro incompetente.

En fin.

C.
27/08/2010

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