viernes, 23 de julio de 2010

el silencio del mundo


Nunca me había puesto a analizar sobre lo que una persona siente cuando llega a la cumbre de un nevado, y ve todo a su alrededor, los más hermosos paisajes inimaginables, y se escucha, como dice Mauriño, el silencio del mundo!

Solo se puede lograr esta comunicación, si se está consciente de lo que se está haciendo, y si se tiene la voluntad y si se va con buena actitud.

En ese momento, cuando subes, la altura empieza a afectar la respiración, el viento helado enfría tu cara y pulmones, y el sudor frío baja por tu frente, no hay nada más que pensar en uno mismo; en lo que se está haciendo afuera, en el mundo, en la civilización, como individuo. Incluso se puede llegar a pensar que la finalidad de la existencia está básicamente en poder generar una conección entre el ser humano, como especie, con la naturaleza, en su punto máximo de expresión.

Cuando nos hemos dejado absorber por el esnobismo y el consumismo, es aun más dificil poder reconocerlo; reconocer, por supuesto que la vida va más allá de levantarse todos los días en la misma habitación, ir religiosamente al baño antes de desayunar lo mismo que generalmente se desayuna entre semana, de ir con la cara larga y bostezando al trabajo del que nuestros padres habrían de estar contentos después de haber invertido en nuestra educación, y regresar a casa con el ánimo de que sea fin de semana, o mejor (peor) aun, fin de mes para poder cobrar tan anhelado sueldo, que vamos y nos lo chupamos!

Solo quienes están dispuestos a mejorar su estilo de vida, de buscar otra alternativa, de atreverse a sudar frío y hacer que su corazón lata un poco más fuerte, son los dichosos que podrán disfrutar de semejantes maravillas. Maravillas que incluso yo me las estoy perdiendo.

Por C.
18/Jul/2010

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