Asi nos toca a veces,
adaptarnos a la realidad.
Hay cosas que se quieren cambiar,
pero que se salen de nuestras manos.
Y seguimos caminando,
las mismas calles,
nuevas caras,
la misma tienda de barrio,
ya no somos los mismos.
Éramos otras personas.
Más inocentes,
más ingenuos quizá.
Ahora las desilusiones ya no te duelen tanto,
o talvez te duelen más.
Los panas son menos,
y ahora tienes amigos.
Los de siempre, de toda la vida.
Todavía vives en la casa de tus padres,
aquí es así, aquí no te botan;
no quieren que te vayas.
Cada mañana una arruga más,
un cabello menos.
Tu expresión es la misma de siempre.
Y a lo que nos toca todos los días,
durante treinta o cuarenta años.
Porque aquí, no se cambian de empleo.
No estás feliz,
pero conforme.
Asi nos toca a veces.
Por C.
26/Jul/2010
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